Área de Enseñanza: Educación Digital, Programación y Robótica
Nuevas formas de aprender y enseñar en la primera infancia
El siglo XXI presenta un mundo digital, rodeado de
pantallas, conectividad y portabilidad. Los hábitos de los adultos y de los más
pequeños se han visto modificados. Operar dispositivos, entrar, navegar y salir
de aplicaciones son prácticas cotidianas de los niños cuando comienzan a
interactuar con los entornos digitales, y así, aprenden de otros modos. Audios,
videos, imágenes, juegos y emoticones superan las limitaciones de los niños que
aún no leen ni escriben de manera convencional.
Es responsabilidad de los adultos pensar este
escenario como una oportunidad para una profunda innovación pedagógica y, de
este modo, acompañar a los niños de manera continua y acorde a las necesidades
que manifiesten en el proceso de construcción de saberes que estén atravesando.
Contar con un marco conceptual para la Educación
Digital en el Nivel Inicial, tomando como punto de partida los Núcleos de
Aprendizaje Prioritarios de Educación Digital, Programación y Robótica 1,
permite reflexionar –aún más– sobre su integración en las prácticas
pedagógicas, habilitando nuevos escenarios en el ámbito escolar.
En este sentido, los lineamientos de las políticas
educativas a nivel nacional 2 y provincial 3 marcan una impronta pedagógica
integral que enfatiza la transversalidad curricular de la tecnología digital en
las prácticas escolares, incorporando a la enseñanza nuevas competencias
vinculantes con la vida en sociedad, el acceso 4 y el uso de la información,
las prácticas colaborativas y la creatividad.
Alfabetización y construcción de lenguajes multimediales
¿Qué hacer con la tecnología en el Jardín de
Infantes? ¿Favorece nuevas formas de aprendizaje? ¿Es posible ponerlas en
diálogo con las prácticas existentes?
Las tecnologías de la información y comunicación
(TIC) deben conocerse para poder gestionarse. De esta manera, se podrá otorgar
un sentido genuino a su inclusión en la sala para potenciar las condiciones de
enseñanza, decidiendo cómo y cuándo incorporarlas. Pensadas en el contexto de
la comunidad educativa, deben ser funcionales a la tarea planificada y a los
saberes que se abordarán. Y, sobre todo, deben ser significativas y pertinentes
con las posibilidades de aprendizaje de los niños.
El proceso de alfabetización abarca mucho más que la
enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura. La visión tradicional
es superada ante el escenario que nos presenta la incorporación de las TIC, la
interpelación de lo digital en todos los ámbitos de la cultura escolar y las
realidades de la comunidad.
La alfabetización digital sitúa al docente en un
lugar de búsqueda de conocimiento, exploración y utilización de dispositivos,
aplicaciones y contenidos disponibles en la web. Lo posiciona también como
generador de sus propios recursos digitales, siempre con el propósito de
brindar a los niños un conocimiento superador sobre las tecnologías, sus usos y
sus prácticas. No es necesario que sea un docente tecnológico, sino que pueda
mediar y acompañar; que pueda educar tanto para el uso y la búsqueda de
información, como para la producción de saberes.
Las TIC habilitan la construcción de nuevos lenguajes
mediante filmaciones, fotos, combinación de emoticones o distintos sistemas
semánticos. Surgen mediaciones semióticas multimediales: textos, sonidos,
imágenes, videos, donde la composición y la construcción de sentido del mensaje
se realiza a través de diferentes lenguajes. Estas construcciones son, además,
recursos digitales generados espontáneamente.
De acuerdo con esto, es necesario superar la visión
meramente instrumental, porque un dispositivo, una herramienta o material
digital por sí solo no va a producir ningún cambio en los modos de enseñar y
aprender. Es el docente quien logra –mediante sus propuestas didácticas– una
apropiación de la tecnología en favor de nuevas y transformadoras experiencias.
Sobre el sentido de la incorporación de educación digital
Una cuestión para reflexionar es sobre el sentido de
la inclusión de estos saberes en el Jardín de Infantes: ¿son saberes realmente
valiosos? ¿Dónde está ese valor?
Estos conocimientos adquieren relevancia cuando
permiten acceder a la información, interpretar, elaborar ideas y desenvolverse
en el mundo desde una perspectiva inclusiva y comunicacional. De esta manera,
la tecnología digital potencia al ser social y creativo de los niños,
propiciando la participación, el trabajo colaborativo, el pensamiento crítico y
la resolución de situaciones problemáticas. Por ello, el valor de la
incorporación de la educación digital se sustenta tanto en las posibilidades de
comprender el mundo actual, como en las de producir saberes socialmente
valiosos.
De acuerdo con esto, es necesario considerar la
educación digital como un eje transversal, y también los aspectos inherentes al
pensamiento computacional, programación y robótica que se revelan como saberes
centrales en la educación integral de los niños.
Comenzar a pensar la incorporación de tecnología digital
Las tecnologías digitales constituyen un componente
más en los ambientes donde los niños se desarrollan. Su potencialidad radica en
que son conocidos y utilizados por ellos y por los adultos de igual manera:
según sus intereses. Por lo que aplicaciones sencillas disponibles en
dispositivos digitales y de uso habitual de los docentes serán suficientes para
comenzar a incorporarlas en la sala. Se trata de incluirlas según las prácticas
cotidianas.
Estas nuevas formas de aprender y enseñar deben
ampliar las posibilidades de aprendizaje que se ofrece a los niños. Para ello,
es necesario reflexionar sobre las potencialidades que brinda, y considerar que
la incorporación de tecnología digital no siempre es necesaria o significativa.
¿Se ven modificadas las prácticas de enseñanza con tecnología digital?
¿Hubieran podido realizarse de la misma manera sin ellas? ¿Es significativa su
incorporación para el aprendizaje de los niños?.
Es el docente quien podrá construir un territorio común
para el desarrollo de los contenidos de cualquiera de las áreas de manera
transversal. Este escenario emergente abre un espacio de construcción de
conocimientos con nuevas posibilidades, en el que los niños son participantes
plenos en el proceso de su propio aprendizaje.
Pensamiento computacional, programación y robótica
El pensamiento computacional, la programación y la
robótica son saberes necesarios para el desarrollo y la inclusión de los niños
en el siglo XXI.
Habilitan y promueven la interacción entre pares, el
trabajo colaborativo, la autonomía y la resolución de problemas. Actitudes
básicas como el asombro, la curiosidad, el análisis y la investigación se ven
potenciadas, a la vez que impulsan el desarrollo de otras habilidades
inherentes al desempeño social, como la seguridad en sí mismos, el liderazgo,
la autoestima, la búsqueda de desafíos y la habilidad para trabajar en equipo.
Ofrecen, además, la posibilidad de crear y utilizar
juegos de construcción, de compartir experiencias y de elaborar estrategias
mediadas por entornos digitales para la resolución de problemas en colaboración
con sus pares, en un marco de respeto y valoración de la diversidad.
Bibliografía:
Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires
Diseño curricular para la Educación Inicial : Segundo Ciclo; coordinación general de Sergio Siciliano.
La Plata : Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, 2019.
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